La Virgen del Cerro Altos de Arena se encuentra majestuosamente ubicada en el Cerro Altos de Arena, a una altitud de 3400 metros sobre el nivel del mar.

La historia de esta imagen se remonta a 1934, cuando Don José Ignacio Gimenez, administrador de la hacienda «Tala», junto a los Padres Franciscanos, descubrieron una gruta natural en la cima del cerro. Inspirados, decidieron colocar la imagen de la Virgen del Valle en la gruta, convirtiéndola en la protectora de los hacendados y baqueanos de la zona. Desde entonces, cientos de peregrinaciones han tenido lugar hacia el cerro, siendo una tradición realizar la expedición durante la Semana Santa, que dura de 3 a 4 días y se realiza a caballo o caminando.

Este santuario se ha convertido en un lugar sagrado y de gran importancia religiosa. La Virgen del Cerro Altos de Arena representa una conexión profunda entre la fe y la naturaleza en la región. Cada año, fieles y peregrinos se embarcan en una travesía emocionante hacia la cima del cerro, donde la imagen de la Virgen espera para recibir sus oraciones y devoción. Es un lugar donde la espiritualidad se entrelaza con la majestuosidad del entorno natural, creando un ambiente propicio para la reflexión, la esperanza y la renovación de la fe.

La historia de la Virgen del Cerro Altos de Arena es transmitida de generación en generación, y la presencia de la imagen en la gruta es un símbolo de la devoción y el amor hacia la Virgen del Valle. Este lugar emblemático es testigo de la profunda fe de quienes realizan la peregrinación, que encuentran en el cerro un espacio de encuentro con lo sagrado y las sensaciones de la montaña.

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