Se trata de una pequeña gruta, precedida por la Virgen del Valle, rodeada de una exuberante vegetación y atravesada por el río Los Nogales. Este hermoso paraje cuenta con senderos naturales y asadores, y es punto de llegada de diversos Vía Crucis. 

El lugar, bendecido por el sacerdote Juan Carlos Larcher, fue concebido en agradecimiento a un milagro de la Virgen del Valle que sanó a un niño de una rara enfermedad. La familia Moya, impulsora de La Mesadita, desea compartir esta experiencia de paz interior con todos los visitantes de fe cristiana.

En 1980, el hijo de Julio Moya fue diagnosticado con el Síndrome Nefrótico a una temprana edad. Gracias al médico Abraham Lejtman y a un tratamiento riguroso, el niño logró superar la enfermedad. En agradecimiento, la familia prometió que el niño haría su primera comunión en el Camarín de la Catedral Basílica y llevaría los colores de la Virgen Morena. Después de cumplir con este ritual, los médicos quedaron sorprendidos al encontrar que la enfermedad había desaparecido por completo, sin dejar secuelas.

El nombre «La Mesadita» fue inspirado por Alba, esposa de Julio Moya, y el propósito principal de esta familia es que el lugar sea visitado por todas las personas de fe cristiana, para que puedan experimentar la paz y la conexión espiritual que se vive en este hermoso entorno natural, donde la Virgen del Valle ocupa un lugar destacado.

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